domingo, 22 de marzo de 2015

El Faro Oculto - Capítulo 1

El comienzo de una historia "El faro oculto"





-De repente sentí que caía al piso, como desvaneciéndome. Al dar vuelta la cara la vi, esos ojos celestes y fríos, acusándome de aquel cruel accidente. Sentí que la muerte rozaba mi rostro – contaba recostado en el sillón.
-Fue tan solo un sueño Borja, no debes tomarlo seriamente.
-Pero es el mismo sueño desde aquel suceso en el puerto – se toca el pecho y se sienta buscando el móvil – Tengo que viajar allí nuevamente, lo sé.
-No creo que te convenga, volver allí te puede hacer mal emocionalmente. Ya enterraste a Alexia, no hay nada que puedas encontrar. No fue tu culpa el incendio en el faro.

Imagen gentileza todowallpapers.net
 La psiquiatra revisa unos papeles mientras Borja se refriega los ojos como si recién se hubiera despertado.
-No puedo decirte como psiquiatra que no me preocupa. Te voy a dar una receta para que tomes un medicamento y estoy pensando seriamente en solicitar una licencia psiquiátrica.

Se para y mientras se ajusta la corbata:
-Lo veo imposible, es lo único que me ayuda a olvidar ese viaje.

Se acerca a la psiquiatra quien le termina de acomodar la corbata, le alcanza el saco y le roba un beso.
-Anda, que se te hace tarde – le pasa la receta – no dejes de comprarlo, ¼ antes de irte a dormir.
-Gracias Elisa, no sé qué haría sin ti.

Era un día lluvioso en Madrid, el tráfico estaba muy complicado:
-Son las 9.00 am!! Voy tarde…… - de reojo mira el celular donde está la foto junto a su esposa, quien falleció en aquel viaje a Argentina.

Todo sucedía como todos los días. Llegaba al estacionamiento, dejaba el carro en el mismo lugar, tomaba el ascensor al 5to piso. Mira nuevamente el celular como esperando una llamada:
-Esa foto… cariño como podría volver el tiempo atrás – piensa mientras se abre la puerta del ascensor.

Ingresa a la oficina:
-¡Aitor! ¿Estás? – no responde nadie. 

Revisa la mesa por si le dejo algún mensaje y nada.

Se sienta, abre la notebook, entra a la plataforma de trading, revisa los gráficos, el mail, las redes sociales. 

De repente, suena el móvil, era Aitor:
-¡Hombre! ¿Dónde estás?
-En la oficina y tú.
-En el seminario, que no te acuerdas, te deje un SMS, por Whatsapp, Facebook, Twitter, Google, no arme un blog porque me parecía mucho – se reía.

Borja se agarra la cabeza:
-Sabía que me olvidaba de algo.
-Tienes suerte, aun no arranca, se han demorado.
-En 10 minutos estoy ahí.

Toma sus cosas y sale volando al seminario, al ser cerca decide ir caminando.
-Buenos días Borja – le dice el conserje.
-Buen día Rubén, más tarde hablamos sobre el partido del Real Madrid, estoy atrasadísimo.

Llega al seminario y pregunta a la chica de la recepción:
-Buen día, vengo al seminario de trading.
-Sí, su nombre y apellido por favor.
-Borja Vázquez González – Observa nuevamente el celular como esperando una llamada.
-En el 8vo piso, a la derecha, aquí tiene su identificación, por favor firme aquí.
-Muchas gracias.

Mientras sube por el ascensor piensa:
-Borja, Borja, tanto pensar en aquel hecho te está desviando de tus actividades. No puedes aflojar al trabajo, es lo único que te mantiene vivo.

Llega al salón y lo ve a Aitor:
-¡Borja! Aquí tienes un lugar.

Se acerca rápidamente y lo saluda:
-¡Hombre! Pensé que no llegabas, estaban a punto de empezar – Lo mira a los ojos - ¿Otra noche sin dormir?
-Ojala, el tema es ese, dormir.
-Pero no puede estar sin descansar, no es bueno para el trabajo. Has mermado mucho tus estrategías, ¿fuiste a la psiquiatra?
-Sí, me recomendó unas pastillas para dormir y evitar malos sueños.
-¡Hala! Que empieza.

Pasaron las 4 horas del seminario sin ningún inconveniente. La conferencia resulto ser lo que esperaban y a Borja le sirvió para motivarse:
-¡Es un crack Sergi! ¿Cómo no vinimos antes?
-Porque tú nunca me escuchas, yo llevo un año viniendo. Por h o por v no venías. Me canse de avisarte, pero tan entretenido con Alexia – Sintió como que lo hubiera empujado a su amigo al precipicio - … disculpa no quería recordarte…
-Vale. Salgamos al pasillo que me asfixio.

Al salir al pasillo sintió que alguien le llamaba a los gritos, una mujer rubia:
-¡Oye Borja! ¡Aquí ven! Te he echado de menos.

Se acerca lentamente como esperando a recordar quien era pero no se le hacía familiar ese rostro. Al acercarse ella se tira a sus brazos:
-¡Qué paso con la emoción! Estas muy cambiado.
-Perdona, es que no te reconozco, ¿dónde nos hemos visto antes?
-En Península Valdéz, ¿no recuerdas? Ibas con tu mujer, ¿cómo esta ella?

De repente se mareo, sintió que se caía como en aquel sueño, se da vuelta:
-Heeeee, disculpa ya vuelvo.
-¿Estás bien? Te veo pálido – ella trataba de alcanzarlo.
-Sí, no pasa nada, dame un momento.

Se cruza con Aitor y le hace señas de que va al baño y le señala a la mujer.

Al llegar al baño saca el celular, lo pone sobre la mesada y se lava rabiosamente la cara. Se mira al espejo, se ve pálido, definitivamente no le hizo bien el encuentro con aquella desconocida que le menciono aquel lugar:
-¡Oh Dios! – se puso a llorar desconsoladamente.

De repente le llego un mensaje, abre temerosamente la bandeja, es de un número oculto:
-El pasado te persigue y no podrás escapar……….

Continuará.

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