martes, 31 de marzo de 2015

El Faro Oculto - Capítulo 4



4to capítulo de El Faro Oculto


 

Sus ojos, al leer eso, se abrieron como dos ventanales. ¿Qué es todo esto que está pasando? ¿Lo quieren volver loco desde el más allá? ¿Quién será, Alexia o aquella misteriosa mujer de gélidos ojos celestes? ¿Por qué  a él? Hizo todo lo que pudo para rescatar a su amada de las llamas del fuego. Se metió sin medir consecuencias y en su afán solo logró salir despedido al mar de la explosión. Estuvo dos meses en coma hasta que despertó y se enteró de aquella noticia:
-Borja, Borja, ¿has despertado? – Le preguntaba Joan, su hermano que abría los ojos.

Se sentía aturdido, no lograba reconocer aquella voz. Le zumbaban los oídos. De repente se sentó y lo miro a los ojos:
-¿Joan?

Se acerco y lo abrazo como nunca antes:
-Estás vivo hermano, no pensábamos que irías a despertar, pero yo siempre guarde la esperanza. Dios te dejo a nuestro lado una vez más.
Se tocaba la cabeza, notó la venda. Empezó a sentir un cosquilleo en las piernas. Sintió un fuerte dolor en el brazo quebrado:
-¿Qué me paso? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Alexia? Dime Joan por lo que más quieras.
Joan lo miro y no sabía que contestar:
-Ya, ya vuelvo, espera que llamo al médico.

Borja entro a mirar a su alrededor, notó una ventana que daba al mar. Volvió a sentir un fuerte dolor en el brazo como si le hubieran clavado un puñal. En eso entra el médico:
-Borja, mi nombre es Javier Estévez, soy tu doctor, ¿cómo te sientes?
-Creo que bien – Su rostro reflejaba el dolor del brazo.
-Te tuvimos que operar después del accidente varias veces. De la cabeza y el brazo. Los dolores son normales, llevas dos meses en coma.
-¿Dos meses? ¿Dónde está mi mujer doctor?
-Ella…….. – un silencio profundo hizo el profesional, no sabía si decírselo ya o esperar unos días, ya que recién despertaba del coma.
-Doctor donde está Alexia por favor – Trato de pararse.
-No Borja, no te pares, espera – Se acercaba Joan para evitar que se pusiera en pie.
-¿Recuerdas algo del accidente? – Le pregunto Javier.
-Recuerdo entrar al faro en pleno incendio, ir a por Alexia. La vi tras una puerta y después nada.

El doctor lo miro, se acercó, se sentó al lado de él:
-Escúchame Borja…. Solo escucha.

Vuelve del flashback y nota que un policía le toma el brazo:
-Sr. si no va a subir al avión vuelva adentro.
-No, no… Disculpe se me cayó ese papel – Se levanta y lo guarda en el bolsillo.

Se sube al avión, busca su asiento, al llegar tenía una mujer de compañera de asiento:
-Permiso, el asiento de la ventanilla es el mío.
-Disculpa – Sonríe la mujer – Pensé que estaba libre.

Se ubica y guarda silencio durante todo el viaje. Por momentos observa la ventanilla y evita cualquier pensamiento que le recuerde aquel viaje a Argentina.

Credito imagen Termometro Turístico
 Mientras terminan las maniobras de aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan de Palma de Mallorca, Borja saca del bolsillo la carta de la niña pero ya no encuentra aquel mensaje. Lo da vueltas, lo pone contra la luz, pero nada, solo el dibujo con el mensaje para Alexia.

Se baja del avión y camina hacia el interior del aeropuerto, realiza los pasos habituales e ingresa al hall del aeropuerto. Enciendo el móvil y le entran a llegar una cantidad de mensajes de su madre. Los lee a todos:
-Vaya, Aitor no solo me manda para aquí sino que le da el nro. a mi madre.

Le llega un último mensaje:
-Cariño, el tráfico esta terrible, tomate un taxi y ven a casa, te espero. Mama.

Suspira y se dirige a la entrada. Al salir aspira el aire de su tierra natal con añoranza.

Para un taxi:
-Buenas tardes, ¿a dónde lo llevo?
Borja mientras se acomoda en el asiento piensa:
-Buenas tardes, este…. Voy a…. a el forn de Ca'n Joan de S'Aigo

Arranca el taxi y suena su celular:
-Hola
-Borja, soy Joan, ¿ya llegaste?
-Sí, hace exactamente 30 min. – Mientras miraba el reloj.
-No estamos en casa, hemos tenido que salir de urgencia, no te digo de venir porque debes estar cansado del viaje. Dejamos las llaves en la casa de Marc. Le dijimos que ibas  a llegar.
-Ahh, ok, igual me dirigía primero a un café.
-Bueno – Se quedó sorprendido Joan – Cualquier cosa si llegas antes, ya sabes quién tiene una copia de las llaves.
-Vale.
-Hasta luego – Corta la llamada.

Llega al café:
-Bueno, aquí estamos, un buen lugar para pensar. Son €35.

Le pasa el dinero, se despide y baja.

Antes de entrar contempla la entrada del lugar, todo sigue igual. Parece que el tiempo no pasara.

Créditos imagen
  
Ingresa, busca una mesa donde sentarse, ve una cerca del cartel con el nombre del lugar y se sienta. Revisa el móvil y se acerca una mesera:
-Buenas tardes, ¿Qué va a desear tomar?
-Un café.

Asiente con la cabeza y se dirige a prepararlo.

En ese momento, Borja miraba aquel lugar y recordaba la cantidad de encuentros que tuvo en ese lugar: con su hermano, amigos, en solitario, con Alexia. Recordaba  que la vio por primera vez entrando toda empapada. Cuando lo vio se sonrió y se acerco directamente a él:
-Tienes cara de ser buen hombre.
-Eso creo – Mientras esbozaba una sonrisa.

Recuerda cada detalle de ese primer round,  como le gustaba a Alexia decir. Sus miradas esquivas por momentos, las sonrisas ocultas, cuando ella le tomo la mano.

En eso vuelve la moza:
-Su café.
-Gracias.

Le suena el móvil:
-Hijo mío, ¿dónde estás?
-Madre – mientras sonreía - ¿cómo estás tú?
-Contenta, acaba de nacer tu sobrina, ¿no te dijo Joan?

No quería generar ningún malestar, optó por mentir:
-Sí, sucede que me encontré con Dídac en el aeropuerto y me invito a tomar algo. Acabo de bajar del avión, no quiero llevarle ningún virus al bebe.
-Es divina…. – Guardo un silencio – Se llama Mercedes – Te dejo, mándale saludos a Dídac.
-Vale, adiós.

Al terminar la llamada observa hacia la puerta y ve que entra Ignasi, su amigo de la infancia:
-¡Hombre! – Le grita desde su lugar e Ignasi se percata.
-¡Joder Tío! Que hacéis  de vuelta, ¡venga! – Se acerca y le da un abrazo.
-Tanto tiempo chaval, como te ha ido – con una sonrisa de oreja a oreja.
-Pues bien, tengo una pequeña editorial para ayudar a pequeños escritores a publicar sus obras.
-Enhorabuena, siempre te vi en eso, pero escribiendo.
-No, me falta todavía. Por el momento me contento con ver esas obras al alcance del público.

Se quedan como 4 horas hablando de todo lo que pasó, lo que pasa y sus planes a futuro. Se hicieron las 10 pm y deciden caminar juntos:
-¿Por cuántos días te quedaras?
-En principio unas 4 semanas, pero creo que me iré antes.
-Oye, en lo que necesites, cuenta conmigo.
-Vale, igual tú.

Luego de una larga caminata, ya llegando a casa de los padres de Borja, se detienen en la esquina:
-¿Seguro que quieres parar allí? Ya sabes que puedes venir a mi casa, después de aquella discusión con tus padres no creo que te reciban con los brazos abiertos.
-Sí, lo sé, pero ya quede en que iba. Cualquier cosa te mando un mensaje.

Ven que alguien sale de la casa, es Joan. Se genera una tensión muy fuerte, a pesar de los 50 metros de distancia que los separa momentáneamente.

Borja se despide de Ignasi y se dirige a Joan:
-Borja, bienvenido – le estira la mano para saludarlo.
-Joan – le da un tenue apretón – Gracias, ¿están todos? – Mientras mira la puerta.
-Sí y están esperando – Trata de calmar la tensión – Mira, no quiero discutir contigo, más allá de todo lo sucedido, somos tú familia y jamás te negaríamos la entrada.
Joan se acerca al auto:
-Me voy a casa de Helena, entra ya.
Se sube el auto y le hace un gesto de despedida.
Borja ve la puerta entre abierta y se acerca. Alcanza a ver a sus padres sentados tomando un café:
-Fuerza Borja, ellos siempre quisieron tu bien…..

Continuará.

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